miércoles, 22 de octubre de 2008

La toalla

Hoy estás cansada Bea. Agotada quizás de un día que se enlaza con la noche sin un momento para saborear lo bueno y lo malo de la jornada.

Sé que tienes ganas de amarme, me lo propones, lo necesitas, lo echo de menos.

Tenemos una vida rica en todo, también en obligaciones, que puede, que poco a poco se vayan dilatando cada vez más, engullendo nuestro tiempo sin dejar respiro para dedicarnos a nosotras.

Sabes que te amo, desde el momento en que te ví, desde ese momento lo supe. Encajaste como una pieza de puzzle, encontraste el mapa en el laberinto de mi corazón.

Oigo como te duchas, te imagino ahí, desnuda, el agua cayendo por el perfil de tu cuerpo, imagino tu pecho excitado; y ahora como secas cada esquina y rincón de tu figura. Sé que en este momento estás cuidando cada poro de tu piel, dos dosis de hidratante que echas en tu mano para ir aplicándola desde arriba hacia abajo. Te veo en un marco húmedo, de espesa neblina, tu envuelta en la toalla, yo intentando quitártela.

4 comentarios:

Beatrice dijo...

Te quiero y no voy a dejar que el agotamiento ni las obligaciones me separen de ti ni física ni mentalmente. Te quiero más que a nada edn este mundo y te necesito, sé que estás ahí, a mi ladito, cogida de mi mano

Armando Rodera dijo...

Hola, he llegado a tu blog por el comentario qué has dejado en el mío sobre mis vivencias como escritor novel.
¿Me puedes decir cómo lo encontraste? Lo digo porque lo acababa de empezar y como estaba en pañales todavía no lo había publicitado ni movido en ningún foro o blog.
Muchas gracias de todos modos por tu comentario. a partir de ahora yo también visitaré tu blog. Un saludo

Eva dijo...

Vaya,...esas cosas mejor no escribirlas porque l@s demás podemos llegar a rabiar como monill@s.
Un beso.

MI HISTORIA... dijo...

Me ha gustado lo que he leido, yo tambien la imagino en la ducha pero.... está tan lejos.