Estoy en la oficina, sentada en la silla giratoria, perdida entre papeles. Espero a que pasen las horas. Se respira tranquilidad, en realidad, ahora mismo no hay nada que me inquiete, y eso me pone nerviosa, no tener nada en mi pensamiento que me perturbe.
Llevo dos cafés y bastante nicotina, no recuerdo lo que soñé anoche, y no tengo más planes que llegar a casa al anochecer y perderme en los brazos de Bea. Ojalá que llueva y podamos ver como cae la lluvia a través del cristal.
3 comentarios:
No te gusta no tener nada por lo que inquietarte??, pero bueno!!!, si tendrías que dar gracias jodia!!!!
Huy, sí, es casi la nada... No sé que diría Atreyu ;)
Hola!
Hace mucho que no podía entrar en tu blog... No sé porqué no me aparecía nada...
Me alegra volver a leerte!
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