domingo, 9 de noviembre de 2008

Así entró ella en mi vida. Para tí.

Ella es mi novia, ella es sobretodo alegre. Salió de detrás de unas teclas como las que ahora estoy presionando, se coló por una agüjerito desconocido que comunicaba directamente con una casita que estaba mirando al mar. Entró sin llamar y encendió la luz de la habitación oscura en la que se hallaba. La iluminación, de forma gradual, fue dando color a la estancia, y pensó que no quedaría nada mal poner unas flores. Sacó de la manga unos polvos mágicos que mutaron en unos geranios rojos y los colocó en un macetero que más tarde pondría sobre el alféizar de la ventana. Desde fuera, a la vista del transeúnte la casa parecía ahora estar habitada, y esa misma mañana el cartero llamó a la puerta preguntando por el/la propietari@ de la vivienda sólo para satisfacer la curiosidad de a qué era debido tal cambio. - Buenos días, ¿hay alguién en casa? - dijo, pero soló escuchó el canturreo de una voz femenina, y se marchó. Llena de felicidad por lo que hasta ahora había logrado, comenzó a sentir como suyo el cuadrado donde yacía desnuda sobre un colchón abandonado, y creyó que sería interesante seguir descubriendo el resto de los habitáculos, no sin antes hacer algunos arreglos en la primera estancia. Pintó la pared de un color afrutado, enmarcó una sonrisa y la colgó en la pared, y por último, perfumó con un rocío de esencia que había imaginado. Más tarde, un suspiro suyo hizo que la habitación entrara en calor y la aisló así del frío de la noche. Después de cada jornada, volvía sobre aquel colchón, cogía entre sus manos la única pertenencia que había tráido consigo. Leía en voz alta para regalo del eco que producía la casa vacía: Alica en el país de las maravillas. Tiene el pelo rizado, bucles que se enredan en mis manos mientras sus besos me tatuan. Una tarde contemplaba el mar desde una de las ventanas. Y al vaivén de las olas les puso nombre, ya que se dio cuenta que eran diferentes unos de otros. Quizá algunos ya no volverían¡ pero había tanto qué hacer! ¿Cuántos más nombres tendré que inventar para la infinidad de oleajes que aún no se han descubierto para mí? Su mirada es tan infinita como el mar. El tiempo transcurrió, y ella lo llenó de milagros. Pestañeó,y se abrieron todas las puertas de la olvidada casa, silbó y el aire purificó aquel ambiente viciado; y un chasquido de dedos hizo que florecieran frutales en los alrededores de ésta. La casa era otra, y ella también. Entre ambas había una relación de equilibrio; ella la transformó en su hogar, y el hogar la abrazó. Una noche el cielo se rompía y se dividia en pequeños cristales minúsculos, y un hueco negro quedó en el lugar del firmamento. El espectáculo era bonito de ver. Ella temió por los destrozos que podía causar. La llovizna cesó una semana después, luego, salió el sol.

3 comentarios:

*Laura* dijo...

Que cosa mas bonita de post, que nevidia me dais (sana eh!!!!).

adriana dijo...

Preciosa entrada. Qué bonita armonía en esa casa.
Besos

Eva dijo...

Creo que empiezo a re-vivir lo bonito que teneis vosotras ahora.
Muchos besos.

P.D: Tengo pendiente la resaca :P