miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una ración de tristeza

Cojo un plato vacío y lo lleno hasta el borde. Como sin cesar hasta volver a verlo vacío. Voy al baño, me miro en el espejo y multiplo mi insolencia. Disfruto apagando y encendiendo la luz. Pienso en volver a llenar el plato. Comerlo no sacia mi deseo de volver a llenarlo. Cómo me gustaría poder saborearte ahora que estás tan vacia como yo. Miro por la ventana y un gato se ve descubierto, huye. Todos huyen, ¿dónde está ese puto lugar a dónde todos huyen? Me emociono al pensar que puedo volver a huir en forma de felino de forma acrobática. EStoy sentada mientras me traslado a tu lado, ese lugar que me prometiste siempre junto a ti. Te imploro que me devuelvas lo que es mío, que ahora escondes para jugar con tu erotismo, que es de las dos. Esa clase de cosas que sólo tienen sentido cuando ninguna de las dos esta fuera del escenario. Recuerdo ese teatro oscuro sin juego de luces donde se me cayó la máscara. No quiero más espectáculos, quiero descansar, estoy exhausta, débil y cansada. Tiro el plato lleno de lo que me mata y aparece de nuevo, lleno de trsiteza que ya no puedo masticar.

1 comentario:

Eva dijo...

Joder qué bonito.
Es que no te puedo decir otra cosa, me he quedado bloqueada.
Un beso.